Carmela Baeza, Medico de familia e IBCLC

Carmela Baeza participa en el XIII Congreso FEDALMA. A su cargo está la Conferencia «Mastitis y dolor en el pecho. ¿Cómo actuar?».

“El tratamiento de la mastitis es que el bebé mame más, con una succión frecuente y eficaz”

Trabaja como médico de familia en el centro de atención a la familia Raíces (donde también dirige el área de lactancia) y es IBCLC. Desde hace 12 años atiende en consulta a madres y bebés con dificultades en la lactancia. También dirige y participa en cursos de formación para profesionales de la salud. Forma parte del equipo de evaluadores de la Iniciativa Hospital Amigo de los Niños (IHAN). Asimismo, es autora del libro sobre crianza ‘Amar con los brazos abiertos’ y ha escrito diversos artículos en revistas como ‘Tu bebé’ y ‘Hacer familia’. Figura como ponente habitual en congresos y conferencias de lactancia. Madre de cuatro hijos.

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Entrevista

Va a ofrecer pautas sobre cómo actuar en caso de mastitis y/o dolor en el pecho. ¿Es algo frecuente entre las madres que amamantan?

Sí, por desgracia es una condición bastante frecuente, y en su mayor parte se debe a un manejo inadecuado de la lactancia… Generalmente, a que el pecho no es drenado de forma eficaz.

¿Qué nos debe poner sobre aviso para consultar con un especialista?

Nos debe poner sobre aviso notar una zona caliente, dolorosa, a veces enrojecida, en alguna de las dos mamas. Esto puede ir acompañado por fiebre y sensación como de tener una gripe, es decir, un malestar grande. De entrada, cuando se empiezan a notar estas molestias, no es necesario acudir a un especialista. Es necesario poner al bebé en el pecho dolorido con más frecuencia para que saque bien la leche. La madre debe estar, por tanto, tranquila, a ser posible en la cama con su bebé, beber buena cantidad de líquido, y ofrecer lactancia con frecuencia. Ése es el tratamiento de la mastitis. Si la madre sigue con fiebre más de 12 horas y no nota que va mejorando aunque el bebé le vacíe el pecho bien, entonces debe acudir a su médico.

Antibióticos, probióticos, cultivos de leche… ¿cuándo es necesario recurrir a ellos?

En la mastitis aguda es necesario recurrir a los antibióticos cuando la fiebre y el malestar no mejoran en 12-24 horas aunque el bebé (o la madre con extracción) esté vaciando bien el pecho. Los probióticos no tienen ninguna eficacia demostrada en el tratamiento de la mastitis aguda. Los cultivos se deben solicitar sólo si la mastitis es recurrente, muy grave o adquirida en el hospital.

¿Las mastitis pueden ser recurrentes? ¿Por qué causas se repetirían?

La primera causa de mastitis recurrente es que no se solucione el problema de base. Si un bebé está mamando con un agarre inadecuado y, por tanto, no drena bien el pecho, la madre puede tener mastitis de repetición y, por muchos medicamentos que le demos, mientras no se corrija el agarre seguirá teniendo problemas.

Una de las recomendaciones que dan algunos profesionales ante una mastitis es destetar, pero sabemos que es contraproducente. ¿Por qué?

¡Porque el tratamiento de la mastitis es que el bebé mame más!

¿Conocen suficientemente bien estas cuestiones los médicos de familia, las enfermeras o los ginecólogos, o necesitarían mayor formación?

En mi experiencia, necesitan más formación. Por desgracia, me llegan madres con tratamientos totalmente inadecuados que perpetúan su dolor y hacen que tengan recurrencias.

¿Qué ayuda se puede dar en un grupo de apoyo en estas circunstancias cuando es principalmente un problema médico?

El grupo de apoyo es esencial en dar apoyo emocional a estas madres, y en recordarles que el tratamiento básico y necesario de las mastitis de cualquier tipo es que el bebé haga una succión frecuente y eficaz.

¿Ponen las mastitis contra las cuerdas a las madres, pueden forzar un destete, se añaden a los factores que hacen mella en las mujeres lactantes?

Las mastitis ponen contra las cuerdas a las madres cuando reciben información contradictoria y tratamientos inadecuados que hacen que las situaciones de dolor se prolonguen en el tiempo.

Este tema, como otros médicos, ¿se encuentran tratados en su libro sobre crianza ‘Amar con los brazos abiertos’?

El tema de las mastitis no se trata en el libro, que habla más de aspectos emocionales… Sí recoge la importancia de una buena postura y un buen agarre, y sugerencias para conseguirlos. Cuando hay un buen agarre (sin dolor, sin grietas, el bebé engordando bien) el riesgo de mastitis es mucho menor. Sobre mastitis en concreto he publicado una monografía clínica y dos artículos científicos.

Baeza C. Dolor en la mama lactante: claves etiológicas y manejo clínico (I) en Monografías Clínicas en Lactancia Materna. Madrid: Centro Raíces 2015, p.3-13 http://www.centroraices.com/docs/MONOGRAFIA%20CLINICA%20RAICES%201%20-%20DOLOR%20MAMA%20%28I%29.pdf

Baeza C. Acute, Subclinical, and Subacute Mastitis: Definitions, Etiology, and Clinical Management. Clinical Lactation, Volume 7, Number 1, 2016, pp. 7-10(4)
http://www.ingentaconnect.com/content/springer/clac/2016/00000007/00000001/art00002

Baeza C. Chronic Mastitis, Mastalgia, and Breast Pain: A Narrative Review of Definitions, Bacteriological Findings, and Clinical Management. Clinical Lactation, Volume 7, Number 1, 2016, pp. 11-17(7)
http://www.ingentaconnect.com/content/springer/clac/2016/00000007/00000001/art00003

Entrevista a Diego Hernández, Neonatólogo

Diego Hernández participa en el XIII Congreso FEDALMA 2016. A su cargo está la Conferencia «Epigenética y lactancia materna, el mejor inicio para cambiar el mundo».

“La lactancia materna puede influir no solo en el presente, sino en el futuro de la salud de nuestros hijos”

Neonatólogo del Hospital General de Collado-Villalba (Madrid). Ha desarrollado parte de su carrera profesional en el Hospital General Universitario de Ciudad Real (HGRCR), tiempo durante el cual se convirtió en colaborador del grupo de apoyo a la lactancia materna de Oro Blanco Ciudad Real y participó en diversas ponencias y encuentros.

diego hernandez

Entrevista

Epigenética, un concepto bastante desconocido. ¿Qué significa?

Es un concepto antiguo que ha retomado fuerza en los últimos años. Se refiere a la parte de los genes que es posible que se modifiquen por distintas circunstancias: el medio ambiente, la alimentación, el clima, el lugar donde se vive… Estos factores tienen impacto sobre los genes y son capaces de modificar esa información que pensábamos que era invariable: nuestro mapa genético.

¿Qué papel juega ahí la lactancia materna?

Es uno de esos factores que puede modificar dichos genes. Es una de las intervenciones alimentarias (y no solo alimentaria, sino como modo de crianza y relación con nuestros hijos) que sabemos que puede impactar no solo en el presente de la salud de nuestros hijos sino en su salud futura a base de modificar la genética y que eso, a su vez, se transmita a siguientes generaciones.

Al ser la pauta natural, ¿el impacto sería cambiarlo?

La lactancia materna sería la norma y aquellas generaciones que han estado sometidas a otro alimento son las que se ven afectadas por esos cambios genéticos. Recuperar la lactancia materna de manera predominante es lo que volvería a promover cambios en la genética. En mi campo, que es la salud humana, redundaría en una mejor salud.

Supongo que estos efectos se ven a largo plazo, ¿son ya palpables esos efectos o aún no?

A lo largo de la vida de una persona ya se pueden ver cambios epigenéticos. Si un bebé toma desde el inicio leche de fórmula, puede hacer que tenga más apetencia por la comida más azucarada. Esos genes se pueden alterar y hacerle más propenso al sobrepeso o con mayor apetencia por los dulces. Como ha modificado esa información genética con esa predisposición, lo transmitirá a su descendencia. Se puede cerrar un ciclo de transmisión de información que no es conveniente en ese caso, si tomamos el mal ejemplo. Mirándolo por el lado positivo, si recuperamos la lactancia materna el cambio sería al revés.

Fue Oro blanco quien le propuso abordar este tema. ¿Qué conocimiento tenía previamente?

Nunca había profundizado en el tema por la complejidad y porque a priori se conocía poco. El interés me venía desde hacía tiempo, pero, al no ser directamente aplicable a mi trabajo, lo había dejado de lado. Mientras tanto, me he preocupado por promover actitudes saludables sin pensar en el impacto que podía tener sobre la genética. Oro Blanco me planteó este tema coincidiendo con un curso al que asistí y a partir de ahí fui profundizando: es impresionante ver cómo ciertas cosas impactan no solo en la superficie sino la impronta que dejan en lo más profundo, que es la información genética.

¿Es este un argumento para seguir promocionando la lactancia materna?

Es un argumento de peso. Pensar que las intervenciones que hagamos no solo tienen un impacto individual y presente, sino que estamos modificando probablemente lo que va a pasar en el futuro con nuestra sociedad y con los individuos. Es un argumento para seguir en ese camino, para seguir apoyando factores saludables como el inicio de una alimentación con lactancia materna exclusiva.

Entre los profesionales, ¿hay formación en este sentido?

Nos suena muy de lejos. La formación en lactancia en general en el personal sanitario es desgraciadamente todavía escasa. Parece haber un interés, pero es superficial, está ahí pero poco se atreven a profundizar. Sin embargo, es una parte fundamental para poder modificar nuestras conductas como profesionales, pasar por una formación uniforme en la que todos hablemos el mismo idioma y no confundamos a las familias. Hay que trabajar en la misma línea, con la evidencia científica que nos respalda y que permite que todos podamos hacer las mismas recomendaciones. El estilo lo pone cada uno, pero las recomendaciones están claras. Afortunadamente, sí que hay un interés creciente y mucha gente está dedicando tiempo a mejorar la formación de quienes trabajan en salud. Queda un largo recorrido.

Pasó un tiempo en Ciudad Real y aprovechó para colaborar con Oro blanco. ¿Qué balance hace de ese periodo?

Estuve más de seis años en Ciudad Real. En líneas generales, el balance fue muy positivo. En cuanto al desarrollo profesional, me afiancé como pediatra dedicado a la lactancia y parte importante de poder dar ese salto fue encontrar el grupo y tener el ‘feedback’ de las madres, que me contaban cómo se sentían tratadas por los profesionales. Fue una experiencia bonita y permitió que me desarrollara y avanzara, además de intentar cambiar algunas cosas en el hospital, pero también fue un camino plagado de dificultades: el escepticismo, las viejas costumbres, las influencias comerciales… Había mucho trabajo por hacer cuando yo me fui. También me quedo con que muchos compañeros se contagiaron del entusiasmo por cambiar las cosas y me consta que sigue intentando poco a poco, dentro de sus posibilidades, hacer bien a la lactancia y a las madres. Sin duda, como en muchas otras partes, el apoyo tiene que ser más uniforme y constante. Encontrar el grupo fue un descubrimiento porque antes no había trabajado con ellos y me pareció una manera maravillosa de estar con la gente y recibir tanto críticas constructivas como cariño por las cosas bien hechas. Es un movimiento con fuerza y entusiasmo, con ganas de hacer cosas y de hacerlas bien. Me llevé grandes amigos.

Ahora está en Villalba, en un hospital de nueva creación. ¿Es más fácil implantar estas rutinas al empezar desde cero?

Sí. Una de las cosas que más me costaba era luchar con rutinas establecidas y empezar un hospital desde cero, con gente joven, bien formada y con ilusión de hacer bien las cosas, está suponiendo que establecer rutinas sea más sencillo que en otros sitios. También es cierto que vivimos un momento en que, afortunadamente, tenemos mucha evidencia que apoya nuestro trabajo. Uno de nuestros argumentos es que es más fácil empezar las cosas bien que cambiarlas después, y eso es algo que gusta mucho no solo a los pacientes, sino también a quien maneja los hospitales a nivel de gestión. Lo que invirtamos ahora en lactancia va a ser un ahorro futuro y es más barato que otras medidas hospitalarias. No nos está costando, por tanto, instalar rutinas favorables a la lactancia en el hospital.

¿Qué sentirá al regresar a Ciudad Real?

Estoy muy ilusionado de volver para reencontrarme con compañeros y amigos, así como disfrutar de un congreso que se está preparando con muchísima ilusión.

Entrevista a Irene Iglesias, Odontóloga

Irene Iglesias participa en el XIII Congreso FEDALMA dentro de la Mesa Redonda «¿Pueden ayudar otros profesionales?». Su ponencia trata de «Salud bucodental y lactancia».

“La lactancia materna es un acto fisiológico y, si se desarrolla con normalidad, no tiene la culpa de ninguna enfermedad”
“La lactancia de un año como mínimo reduce mucho las maloclusiones”

Irene Iglesias Rubio es Odontóloga por la Universidad Complutense de Madrid y creadora del blog evidientemente.wordpress.com. Máster en Implantología, posgrado en Cirugía Oral y varios cursos de especialización, entre ellos uno de odontología para bebés. Tiene consulta privada en Segovia (Eboca) y en Madrid (Entre mamás), y trabaja en el centro penitenciario de Segovia y es perito del Colegio Oficial de Odontólogos de Segovia. Colabora con la Fundación Odontología Solidaria. Su comunicación oral ‘Lactancia materna y caries’ fue premiada en el XI Congreso de Fedalma. Madre de dos hijos.

irene iglesias

Entrevista

¿Qué ideas clave va a exponer en la mesa redonda? ¿Cómo lo enfocará?

Incidiendo en que la mejor prevención de problemas de maloclusiones y de problemas de salud bucodental y de salud general es tener una lactancia lo más prolongada posible. Hay escasos estudios sobre la lactancia prolongada, porque en odontología se le llama ‘prolongada’ a más de un año y, si es nocturna, se considera hasta la erupción del primer diente. Es patético porque hay niños que nacen con dientes o a los que les salen a los cuatro meses. Así que las recomendaciones son malas. Hay que hacer caso de lo que dice la Organización Mundial de la Salud (OMS) y no estudios sin ninguna base. En todo caso, los estudios que hay dicen que la lactancia de mínimo un año reduce mucho las maloclusiones. En cuanto a las caries, la gente reconoce que no cepilla los dientes, así que se junta dos cosas: un problema la falta de higiene y la cantidad de hidratos y azúcar que comen los niños, que es muchísima.

¿Reciben los dentistas formación en lactancia materna?

Un minuto y medio en la carrera (bromea). Y en los másteres de Odontopediatría no lo sé seguro, pero según me cuentan, nada de nada. Se dice que la lactancia materna es lo mejor, y ya. Los dentistas se tienen que buscar la información por otros lados, porque no hay temario oficial que lo recoja.

¿Tienen interés los dentistas por esta información?

Hay una minoría muy bien formada y parte de ella empieza a dar clase en algunas universidades. Por ejemplo, Amparo Pérez, del máster de Odontopediatría en Murcia. También otros en el máster de Barcelona. Pero es algo muy excepcional. Hay mucho desconocimiento y, en particular, me alarma el de los dentistas de la Seguridad Social. La Seguridad Social no cubre los tratamientos pero sí la formación y la información, y eso es la salud. Si ello son tienen información y ven a un niño menor de tres años no saben qué hacerle, porque no tienen por qué ir antes. Eso es lo que me da mucha rabia. Algunas madres que damos lactancia materna solemos tener más conocimientos porque nos hemos informado más y sabemos dónde buscar, pero el común de los mortales…

Hace hincapié en la prevención. ¿Por qué?

La prevención es el método más barato, más indoloro y eficaz a largo plazo. Todos los demás tienen contraindicaciones y efectos secundarios, pero tener un conocimiento y aplicarlo el único coste que tiene es el aprendizaje para el que tiene que llevarlo a cabo. No hace falta una clínica con grandes medios; es suficiente con conocimientos, un cepillo de dientes y pasta y saberlo manejar. En realidad es labor de los higienistas dentales, pero no podemos hilar tan fino.

¿Cómo habría que cepillar los dientes de los niños?

Es importante tomar conciencia de que se cepillan desde que erupciona el primer diente, con flúor de mínimo 1.000 partes por millón. Lo normal es de 1.000 a 1.500, ésta especialmente a partir de los dos años. La labor del dentista es solo enseñar cómo limpiar. En pacientes de alto riesgo (oncológicos, por ejemplo, u otras enfermedades) pueden recomendarse hasta 5.000 partes por millón.

¿Cómo reciben estos consejos los padres de los pacientes que van a su consulta?

En mi caso, son muy abiertos. Al principio piensan que es muy difícil limpiarles los dientes a los niños, pero porque muchas veces no saben en qué posición hacerlo, no saben que pueden levantar el labio o en qué dirección hacerlo… Son ayudas que les vienen bien porque ven que no es tan complicado. Los niños pasan épocas en los que no se dejan, como no se dejan cambiar el pañal. Pues hay que probar con paciencia, por las buenas, distrayéndolo… pero al final es algo que hay que hacer. Si lo intentas 17 veces, te saldrá bien cuatro; si solo lo intentas cuatro, te saldrá bien media.

¿Qué parte de estas patologías se deben a la lactancia materna, al biberón o a otras cuestiones?

La lactancia materna es un acto fisiológico y, si se desarrolla con normalidad, no tiene la culpa de ninguna enfermedad, pero a veces me encuentro con madres que dan lactancia materna sin complicación pero también biberón, con leche materna o no, y me encuentro muchos problemas con ese biberón nocturno detrás del cual no hay cepillado: maloclusiones, caries, deglución atípica… También piensan que el biberón se debe dar a demanda y esto no es así: hay que dejarlo en el momento en que erupciona la primera muela. La lactancia materna, no. ¿Por qué? Porque no funcionan igual, no tienen nada que ver los movimientos de los músculos o de la mandíbula. Así que dejar el biberón hay que valorarlo desde que el bebé tiene la primera muela, porque ya puede beber de otra manera. También aparecen problemas por los sólidos. Algunos comen cosas muy blandas aunque sean sólidos, pero tengo que decir que lo que se aplasta con un dedo no favorece el crecimiento de los maxilares. Los niños que comen puré no mastican, claro, pero a veces los que se alimentan con Baby-Led Weaning (BLW) tampoco. Hay que insistir en que se vaya aumentando la consistencia de la comida. El primer día no le vas a dar una zanahoria cruda o un torrezno, pero cuando lo cogen hay que dejarles que tarden en comer, que mastiquen… Si se les da blando o en biberón porque se tiene prisa se les coarta la necesidad de crecimiento que tienen esos músculos, que necesitan tiempo y resistencia, como cuando se va al gimnasio.

¿Cómo llega a interesarse por la lactancia materna?

Porque la gente me preguntaba, ya que yo tenía bebés. Investigué a raíz del nacimiento de mi segunda hija. Mi niño vino al mundo por cesárea programada porque yo no sabía nada de nada y a la segunda vez ya me pregunté cosas, entre en El Parto es Nuestro… A mi hijo le di un año de teta porque tampoco me planteé otra cuestión y no había grupos de apoyo ni tanta información; mi pediatra se cargó mi lactancia con la recomendación de que primero le diera comida y luego el pecho. Con la niña aprendí y, cuando mis amigas y conocidas me empezaban a preguntar, empecé a estudiar. Al principio pensaba que era un error que mamara de noche, quería cepillarle después de cada toma pero con el tiempo vi que eso no tenía mucho sentido biológico. Así que hice todos los cursos que veía, leía todos los libros y todo lo que sale que me interesa.

¿Ve éxito en sus pacientes?

Por lo que me dicen, sí. Los padres ven que con el tiempo les pueden cepillar bien, que se les reducen las lesiones… Los consejos de salud son muy positivos, de cara a que los niños mantengan esa salud después.

Por tanto, ¿es el odontólogo un aliado?

Tenemos que ver a los dentistas como profesionales de la salud, es decir, ir cuando tenemos salud para no perderla. Cuando ya hay caries, agujeros, etcétera, es que ya hay un problema. Las patologías dentales son fácilmente prevenibles y baratas, por lo que lo primero es ver que somos profesionales de la salud, no de la enfermedad. Cuando nos llegan con enfermedades, podemos curar, pero curar siempre tiene efectos secundarios. Por ejemplo, aunque cures una muela, esa ya está tocada y tiene más predisposición a enfermar que una sana.

Entrevista a Francesca Llodrà, doctora en Derecho.

Francesca Llodrà participa en el XIII Congreso FEDALMA dentro de la Mesa Redonda «¿Qué hacer cuando no sale como esperábamos?». Su ponencia trata de «El deseo de lactar cuando la convivencia con el padre no es posible».

“Si no hay cultura de la maternidad ni de la lactancia en la sociedad, no cabe esperar que haya formación específica entre los abogados”
“Hay una visión misógina de la realidad”

Francesa Llodrà Grimalt es doctora en Derecho y profesora titular de Derecho Civil en la Universitat de les Illes Balears desde 2004. Ha participado con fotografías y comunicaciones en diversos eventos relacionados con la lactancia materna y, sobre este particular, ha escrito diversas publicaciones centradas en la defensa de la madre y el bebé lactantes en el Derecho. Madre lactante de un hijo y dos hijas.

francesca llodra

Entrevista

Su intervención en la mesa redonda ‘¿Qué hacer cuando no sale como esperábamos?’ llevará por título ‘El deseo de lactar cuando la convivencia con el padre no es posible’. ¿Es frecuente esta situación hoy en día?

Es frecuente en la medida en que la relación de pareja y la convivencia no sea posible. Por tanto, al ser la convivencia entre padre y madre libre, en la medida en que ésta se rompa, la Ley no prevé el derecho de lactar como derecho de la mujer; en cambio, sí se preocupa de los derechos del padre sobre su criatura (los frutos del cuerpo femenino), porque es obvio que el derecho de las leyes es masculino (de origen, de raíz, así fue pensado) y se toma como modelo para las soluciones legales el sujeto de cuerpo masculino.

¿Cuáles son las principales circunstancias familiares que llevan a esta situación?

En cualquier caso que, estando determinado legalmente el padre de la criatura, éste no conviva con la madre lactante porque la convivencia se ha roto o porque no se ha convivido nunca.

¿A quién hay que recurrir? ¿Hay abogados especializados?

Hay que acudir a una abogada o abogado sensible con la situación de dificultad que vive una mujer en un momento en el que da tanto amor y recibe sólo imposiciones legales. Lo mejor será la empatía hacia esa situación y hacia el dolor de las dos partes de esa relación. En una situación así, creo que la labor de los grupos de apoyo madre a madre es muy relevante, en la medida en que en esos grupos las madres saben escuchar, compartir y acompañar.

¿Hay algún tipo de formación específica para este sector sobre lactancia materna y sus implicaciones? ¿Sería necesaria?

Si no hay cultura de la maternidad ni de la lactancia en la sociedad, no cabe esperar que haya formación específica en este sector.

¿Qué instrumentos tiene a su favor la madre que desea amamantar a su hijo? Con ellos, ¿se está protegiendo a la madre o al lactante?

El instrumento a su favor y a favor del padre y de la criatura es la resolución de cualquier desavenencia por la vía del acuerdo, prescindiendo de dejarlo todo en manos de una decisión judicial.

¿Quedan los padres que quieren responsabilizarse de sus hijos también amparados?

No sé en qué medida puede estar desamparado un hombre cuya mujer, la que le ha hecho padre, le brinda el regalo de darle a este hijo o hija el amor que se requiere sentir para amamantar sin tiempo, sin reglas, pagando los costes de retroceso social y económico que es la lactancia a demanda, no interrumpida, para una mujer moderna (que no está sometida a roles tradicionales), que quiere ser madre y amamantar, pero que también quiere su vida profesional. El mero enfoque de esta pregunta evidencia, en mi opinión, la carencia de cultura maternal en la sociedad y la visión de que la madre tiene derechos inmerecidos (cuando en la ley no se le contempla ningún derecho como mujer ni como madre) frente al hombre, que no puede parir. Para mí, hay una visión misógina de la maternidad (mantenida también por parte de mujeres con poder –político, jurídico, médico-), en la sociedad, en relación con las mujeres modernas; que ha dado paso a la anterior visión patriarcal. Insisto de nuevo en que el mero enfoque de esta pregunta evidencia, para mí, la carencia de cultura maternal en la sociedad que conlleva que la lactancia sea simplemente algo que la mujer madre puede hacer si se dan ciertas circunstancias; y no si, simplemente, es lo que desea, como un hecho natural de su cuerpo, como un aceptar su sexualidad femenina y vivir en el mundo común desde su cuerpo de madre. De otra forma, se está tratando la lactancia como un privilegio del cuerpo de la mujer del cual debe dar cuentas.

¿Es posible mantener la lactancia cuando madre e hijo son separados frecuentemente, por cuestiones de custodia?

Es difícil mantener la lactancia en cualquier situación, incluso cuando la relación es perfecta y el padre sabe ser parte del círculo de la carne que forma la díada madre –criatura, se conviva o no. Por supuesto, la no convivencia no supone que no haya acuerdo y respeto entre ambos. Por supuesto, hay muchos hombres que saben agradecer a una mujer el haber podido ser padre, más allá de que la convivencia entre ellos no haya sido posible. Pero, como decía, la lactancia en sí misma es difícil de mantener en situaciones de perfecta armonía, puesto que la sociedad no contempla la ciudadanía en cuerpo femenino, en un cuerpo cuyo ejercicio y disfrute pleno de tu sexualidad te puede llevar a ser madre y ella así desearlo o aceptarlo; y a criar tú misma a tu hijo o hija, amamantándolo, sin interrupción, durante los años que esa lactancia fluya, como algo innato y genuino del cuerpo de mujer, no como un privilegio.

Entrevista a Belén Abarca, enfermera de cuidados intensivos. IBCLC

Belén Abarca participa en el XIII Congreso FEDALMA dentro de la Mesa Redonda «Manos Amigas». Su ponencia trata del «Voluntaria y profesional, visión dual en el apoyo a la lactancia materna».

“En el caso de bebés ingresados, la lactancia materna es una medicina”
“Los bancos de leche son una pieza clave en las unidades neonatales”
“Hay que abrir las unidades 24 horas”

Belén Abarca Sanchis trabaja como enfermera en Cuidados Intensivos, la última década en la UCI neonatal del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid. Es IBCLC, con experiencia en la atención individualizada a madres con problemas de lactancia, a grupos de madres con bebés ingresados en UCI y formación dirigida al personal del hospital. Es miembro del Comité de Lactancia del Gregorio Marañón, miembro del grupo operativo para la implantación de estrategias IHAN, formadora de formadores, monitora de la Liga de la Leche y cofundadora de ‘Lactancia, unidades neonatales, consulta y formación’. Madre de tres hijos amamantados.

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Entrevista

Usted tiene una visión peculiar, como sanitaria con amplia formación específica en lactancia y como voluntaria. ¿Es un perfil habitual? ¿Qué la ha impulsado a compatibilizar profesión y voluntariado?

Realmente no es muy habitual, aunque conozco a otras compañeras, enfermeras, matronas o auxiliares de enfermería con este mismo perfil. Al voluntariado he llegado como, imagino, la mayoría: como madre con problemas, que agradece la ayuda recibida y decide devolver esa ayuda a través de otras madres. A nivel profesional, la relación con la lactancia llega al cambiar el lugar de trabajo y empezar a trabajar en Neonatología, concretamente en una UCI neonatal. Con la experiencia previa personal es inevitable involucrarse en esa parte del trabajo.

En la mesa redonda en la que participará, dentro del XIII Congreso Fedalma, hablará de cómo puede convertirse en una mano amiga para el éxito de la lactancia. ¿Qué pesa más para una madre con problemas, la visión de otra madre que ha amamantado o la de una profesional sanitaria?

Las madres necesitamos que nos ayuden cuando tenemos problemas, y recibir el mismo mensaje desde todos los puntos de donde venga la información. De los profesionales esperamos y necesitamos que estén bien formados para ofrecer una ayuda de calidad. De las madres, además de información muy valiosa, recibimos el apoyo que se necesita para vivir el día a día de la crianza, recibimos el compartir experiencias y ver cómo cada una ha ido solucionando cada etapa de la lactancia y la crianza, que a veces es muy dura. Recibimos el abrazo y el consuelo en esos momentos duros. Todo lo que recibe una madre pesa, porque la confianza en nosotras mismas está siempre tambaleante. Lo que diga un profesional, si no es adecuado, puede hacer muchísimo daño, y por desgracia, a veces se le da más validez que lo que diga una madre, aunque eso sea lo correcto.

Ha trabajado 29 años en UCI, 10 de ellos en Neonatal, uno de los lugares más duros. ¿Qué importancia tiene la lactancia materna en esas situaciones?

La lactancia es importante para madres e hijos, para la salud de la población, para el planeta… pero en el caso de los bebés ingresados, que están lidiando con problemas de salud, además se convierte en una medicina para ellos, en una parte más del tratamiento. Si toman fórmula, pueden tener más riesgo de padecer problemas propios del ingreso hospitalario, añadidos a los que ya tengan. Un bebé ingresado está en contacto con los microorganismos del hospital y puede tener más riesgo de contraer infecciones debido a los tratamientos que necesita, por ejemplo, los accesos vasculares, que son una puerta abierta a la infección además de otros.

Es experta en atención a prematuros. ¿Cómo se convence a los padres que la leche materna es, para un prematuro, una medicina?

No me considero experta en nada, tan sólo estudiosa de este mundo: cuanto más se aprende, más se da uno cuenta de lo poco que sabe. No creo que se trate de convencer a nadie. Por otro lado, la mayoría de las madres quieren, tan sólo tienen dudas de si será posible en una situación tan especial. Como la situación es dura y el camino, a veces muy largo, ayuda mucho ir poniendo metas pequeñas, la exigencia es mucha y es comprensible el abandono. Por tanto, es imprescindible el apoyo, celebrar cada gota, mostrar cada paso que se avance, explicar cada etapa y siempre felicitar cada esfuerzo. Podemos encontrar madres que en principio digan que no; en ese caso, puede funcionar el plantearles tan solo el esfuerzo inicial de extraer el calostro, tan solo unos días, explicando lo importante que es, y dar mucho soporte esos días. Si ven que funciona, se pueden animar y seguir.

¿Qué problemas encuentran las madres para amamantar en estas situaciones? ¿Cómo abordarlos?

Depende de cada caso los problemas serán diferentes. Lo más habitual en una UCIN es que el bebé no pueda ser amamantado directamente al pecho y las madres tengan que iniciar la producción de leche sin un bebé que estimule ese pecho. Es muy importante acompañarlas en el camino de la extracción y el mantenimiento de la producción todo el tiempo necesario, que a veces es muy largo.

Junto a la lactancia, ¿qué importancia tiene el método canguro?

No me gusta decir método canguro aunque sé que así está descrito. Prefiero hablar de cuidado canguro. Este cuidado es crucial para las madres y los bebés. No sólo por los beneficios para ambos ya conocidos, sino porque es absurdo pedir a la madre que se extraiga leche pero limitarle el tiempo con su hijo. Necesita vincularse con él y eso sólo se consigue con contacto. Además, el cuidado canguro mejora la producción de leche.

¿Y los bancos de leche?

Los bancos de leche son una pieza clave en las unidades neonatales. Está demostrado que no hacen que disminuyan las tasas de lactancia en la Unidad Neonatal donde se disponga de leche donada, sino todo lo contrario. La leche donada nos sirve para esos casos o momentos en los que la leche de la madre todavía no está disponible, para evitar la exposición a la fórmula infantil. A veces esa leche de madre nunca va a estar disponible, porque la madre no quiera o porque haya una contraindicación real (todo ello poco habitual), y en los menores de 1.500 gramos es importante que, hasta que lleguen a ese peso, puedan alimentarse con leche humana y no con fórmula.

Es evaluadora de la IHAN, ¿qué información le da esto sobre lactancia materna y prematuros? En este sentido, ¿qué se puede mejorar en las UCI neonatales de España? ¿Qué se ha conseguido y qué queda por hacer?

La IHAN no evalúa Unidades Neonatales, tan sólo la información que se da a las madres que tienen a sus bebés ingresados. Se comprueba si en la planta de Obstetricia se les ha indicado la necesidad de extraer la leche y se les ha enseñado cómo hacerlo, y esto es crucial en los bebés prematuros. Hay mucho por hacer, desde la extracción de la primera gota de calostro hasta el alta con lactancia materna directa al pecho. Lo primero sería abrir todas las Unidades 24 horas, muchas ya son unidades de puertas abiertas y eso es un logro, pero todavía hay alguna con horarios. Si esto no se hace, es imposible avanzar más.

Ya en casa, ¿para qué cuestiones la requieren? ¿Difieren mucho de las que plantearía una familia con un bebé a término?

Sí, son un poco diferentes. Es muy habitual que el bebé se vaya de alta con lactancia diferida y con alguna práctica de amamantamiento al pecho, y lo que necesita es ir retirando esos suplementos. Además, aunque depende de la edad gestacional, muchos bebés se van a casa por el peso alcanzado, no por su madurez, y son bebés que todavía son inmaduros e incapaces de recibir todo lo que necesitan a través del amamantamiento directo. Es una etapa dura y llena de incertidumbre y donde la ayuda especializada puede hacerse imprescindible. En otros países hay un seguimiento de estos bebés; aquí, en lo que se refiere a la lactancia, no lo hay, al menos en nuestro hospital.

Entrevista a Ana Mateos, Doctora en Prehistoria

Ana Mateos participa en el XIII Congreso FEDALMA 2016 con la Conferencia Nuestra lactancia: recuerdos ancestrales y dilemas evolutivos

“Tenemos metido en nuestro genoma la producción de un tipo de leche que se corresponde con lo que necesitan nuestros bebés”
“La leche materna tiene mucho que ver con el éxito de la especie”

Ana Mateos es doctora en Prehistoria por la Universidad de Salamanca y máster en Primatología por la Universidad de Barcelona. Es investigadora responsable del grupo de investigación ‘Paleofisiología y Ecología Humana’ en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), de Burgos, y miembro del Proyecto Atapuerca desde 1997, así como del Grupo de Investigación de Excelencia de Castilla y León GR249 Evolución Humana en Europa. Sus investigaciones están centradas en el estudio biológico y ecológico de los humanos y de otros primates, en el marco de la Biología Evolutiva del Desarrollo.

Ana Mateos

Entrevista

¿Cuáles son las ideas clave que intentará transmitir con su ponencia ‘Nuestra lactancia: recuerdos ancestrales y dilemas evolutivos’?

Ver cómo ha sido nuestra lactancia, ya que somos un mamífero y somos un primate, algo que no hay que olvidar. La idea es ver qué legado nos ha dejado. Esto se llama memoria evolutiva: hacer una memoria hacia el pasado para ver cuáles son los ingredientes ancestrales del modo de lactancia y crianza, que también me gustaría que reflexionáramos sobre ello porque van íntimamente unidos. Quiero hablar de aspectos como la duración de la lactancia y los ingredientes de la leche humana, de dónde vienen, si los compartimos o no con otros primates cercanos y ver que a lo mejor no cambia tanto como pensamos. Tenemos metido en nuestro genoma desde hace tiempo la producción de un tipo de leche que se corresponde con lo que necesitan nuestros bebés. Hacer fisiología de la leche humana es importante. Los médicos no hacen incidencia en ello pero las cualidades biológicas de la leche son las que son por lo que el bebé humano también es diferente a, por ejemplo, los chimpancés. Es muy difícil contar muchos años de evolución en 40 minutos, pero sí quiero reflexionar, echar la vista atrás y ver que quizá no tengamos que apartarnos mucho de la senda de nuestro diseño evolutivo, porque quizá nos estemos saliendo demasiado.

¿En qué sentido?

La lactancia humana no es muy especial en los humanos, puesto que nos viene por ser mamíferos y primates, pero en lo que quizá seamos más peculiares sea el tipo de crianza: nos hemos salido de lo que imponía la biología porque hemos metido otros aspectos de cultura y sociedad que ha hecho que nos salgamos del patrón primate. Uniendo esos dos conceptos, biología por un lado y sociedad y cultura por otro, tenemos que ver si nos hemos desviado mucho.

Si tenemos en cuenta la existencia del ser humano, este cambio se ha producido en muy poco tiempo, ¿verdad?

Esto forma parte de la sociedad y los modos de vida que tenemos ahora. No podemos sujetarnos estrictamente al modelo de vida ancestral, pero no deberíamos perderlo de vista y sí deberíamos poner en la balanza cuáles son los beneficios y las desventajas. Alguna desventaja hay porque los humanos somos muy diversos y cada uno tiene un contexto cultural y un contexto social que le hace apartarse de una u otra manera. Hay que reflexionar también por qué en estos tiempos tampoco se favorece esta cuestión, con la coyuntura social o política que tenemos.

¿Cómo se relaciona ese pasado con nuestro presente?

Otro de los dilemas del ser humano es el proceso de destete, porque repercute en el intervalo de nacimientos, es decir, en tener más o menos descendencia. A nivel evolutivo es más importante para la especie tener mucha más descendencia porque supone mayor éxito reproductivo y biológico. Hay que entender ese tipo de conceptos que van ligados a nuestro día a día: destetarlos antes o después, tener más hijos… eso a nivel evolutivo tiene sentido. Ahora tendríamos que pensar cómo es en nuestras circunstancias actuales. Yo quiero dar pinceladas para después discutir con el auditorio: yo puedo dar la visión del pasado, porque la del presente la saben mejor ustedes, pero juntos podemos ver qué pasará en el futuro si nos desviamos de la línea que deberíamos seguir como mamíferos.

¿Qué lugar ocupa el estudio de la lactancia materna dentro de la Historia, la Antropología, etcétera?

Cuando yo estudiaba, hace un par de décadas, esto no se tenía mucho en cuenta. Es recientemente cuando se ha parado a reflexionar sobre algo que es bastante importante, porque es el modelo de historia biológica que ha tenido el género homo desde que somos homo, humanos. Ahora sí que tiene importancia no solo para conocer la paleología de nuestros ancestros sino para aprender del pasado y ver por qué somos así en el presente y qué nos depara el futuro, que siempre se puede especular. Sigue siendo residual porque somos cuatro locos, pero en Norteamérica sí se está haciendo más hincapié. Hay que darle importancia porque tiene mucho que ver con el éxito de la especie. Eso desde el punto de vista de la Biología. En lo cultural y social, también es importante porque el humano como especie muy social tiene mucho que aportar, ya que hemos adaptado nuestra biología a ciertas pautas: la crianza compartida, por ejemplo, que se da en ciertos primates y en otros no. Ahí nos hemos hecho peculiares, porque nos hemos buscado un tipo de crianza que nos conviene y que nos va bien como sociedad o como grupo.

Personalmente, ¿cómo llega a estudiar la lactancia materna y la crianza?

Siempre me ha interesado la fisiología y la biología humana, y eso que yo vengo de otro mundo pero estoy totalmente transformada. Estas cuestiones nos han marcado mucho, a las mujeres más todavía por la compleja fisiología que tenemos, y llegamos a estos estudios porque creo que es necesario reivindicar el papel de esos procesos fisiológicos que son muy costosos biológicamente y que han tenido consecuencias en todo, en biología y sociedad. Por eso llegamos a lo que somos. La verdad es que son procesos muy integrales: no te detienes a estudiar solo un punto o un aspecto concreto de la lactancia, sino que le damos un sentido más integral. El presente y el futuro de la especie se puede beneficiar de lo que podamos plantear, que al fin y al cabo son hipótesis que se pueden o no contrastar. Es un tema que me apasiona y procuro transmitirlo a mi gente, porque hay más gente trabajando en ello. Por eso, desde el principio (y son ya muchos años), he intentado que colaboráramos con otros profesionales, como ustedes o con el mundo sanitario, porque conocen mejor la especie en la actualidad y todos podemos aprender de todos.

Ya está disponible el programa del Congreso Fedalma 2016

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Los días 15 y 16 de abril se celebrará el XIII Congreso FEDALMA de Asociaciones y Grupos pro Lactancia Materna, con ORO BLANCO de grupo anfitrión.

Ya está disponible para consulta el programa del XIII Congreso, y en breve abriremos las inscripciones (permaneced atentas al blog). Leer más

Se abre el plazo de inscripción para el XIII Congreso FEDALMA 2016 (Ciudad Real)

Ya está abierto el plazo de inscripción para el XIII Congreso FEDALMA de Asociaciones y Grupos pro Lactancia Materna, que tendrá lugar en Ciudad Real los días 15 y 16 de abril 2016. En esta edición el grupo anfitrión es ORO BLANCO.

El lema elegido para el XIII Congreso es «Lactancia materna: cimientos para una sociedad sana».

logo oro blanco web

Una de las acepciones de sana es “que es bueno para la salud” y eso es en lo que queremos profundizar, la lactancia materna como un recurso excelente para la salud personal, social y ambiental, para la salud física y mental de las personas y de la sociedad. Es el pecho materno el que debe recibir al bebé tras su alumbramiento, es el pecho materno el que debe alimentar a la criatura, no solo de leche, también de seguridad y calor. Individuos sanos que construirán sociedades sanas, más humanas, vinculadas y unidas a la vida.

FEDALMA (Federación Española de Asociaciones y Grupos pro Lactancia Materna) organiza desde su fundación un Congreso anual que sirve de punto de encuentro para todas aquellas personas y organizaciones que en España trabajan para apoyar a las madres que deciden amamantar a sus hijos.

El Congreso cumple asimismo la función de proporcionar formación a las Asesoras de Lactancia, incorpora las últimas investigaciones sobre lactancia materna y ofrece espacios de reflexión y debate sobre la situación de la lactancia y el trabajo desarrollado por las asociaciones y grupos de apoyo como movimiento social en auge.

Precios del Congreso 2016:

10/03/2016 31/3/2016
Grupos federados, estudiantes y desempleados 100€ 130€
Resto 150€ 180€
Cena del congreso (niños 10€) 30€ 30€

Fecha límite 31 de marzo.

El Congreso FEDALMA 2016 ya tiene imagen

FEDALMA anuncia oficialmente el que ha sido el cartel ganador de la quinta edición del Concurso de Carteles “Congresos FEDALMA pro lactancia materna”. La autora del Cartel Ganador ha sido: Kelly Abanto Fuentes de Beniaján (Murcia).

Ver el cartel, los finalistas y leer toda la información en la página del Congreso 2016.

Conclusiones del congreso 2015

congreso2015

Ya hemos publicado las conclusiones del XII Congreso Fedalma 2015, que este año estuvo organizado por el grupo Mammalia. Leer más

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